Hace unos días que llegué a Angola y a la Parroquia de
Lumeje Cameia y queria compartirles algo de lo vivido en este tiempo.
La llegada a Luanda, capital de Angola, coincidió con
la muerte de Nelson Mandela, que a esta altura si alguien no sabía mucho de él
supongo que ya está bien informado. Eso fue muy significativo para mí, que
desde la fé quiero servir a este pueblo para que el Reino de la libertad, de la
Paz y el Amor sea una realidad, donde todos puedan vivir con la dignidad de
hijos de Dios, reconociéndose como una única familia. Y quién más que
Mandela luchó y dio su vida para esto?
En Luanda me
encontré con algunos argentinos que están como voluntarios con los salesianos,
y al compartirles lo que empezó en Buenos Aires con la comunidad Iglesias
Hermanas para misioneros ad gentes, se sintieron identificados con la propuesta
y seguramente se conectarán al volver para Argentina. Luanda sigue
impresionando por la cantidad de gente, los embotellammientos eternos, los
barrios inmensos que se extienden hasta donde se pierde la vista, que son como
una inmensa “favela” con el contraste escandaloso del lujo de algunos
edificios, hoteles y autos que compiten con los mejores del mundo. Es una
ciudad desafiante en todos los aspectos, mucho mas para la evangelización y
para tornar humano y fraterno este ambiente desintegrado, desigual y anónimo.En fin, extrañaba la tranquilidad de mi pueblo de
Lumeje.Despues de viajar a Luena por avión (son cerca de 1200 km), fui en la
camioneta que atravesó 100 km de barro, pozos, agua y arenales. Estamos en la
época de lluvias,lo que dificulta bastante andar por estos caminos que parecen
olvidados de cualquier plan de reparaciones desde hace muchos años. Así llegué
a Lumeje despues de más de 4 horas de viaje.
Las primeras novedades de la comunidad fueron muy lindas. Había algunos esperando,
especialmente del grupo de los chicos (monaguillos y de la Infancia Misionera).
Estos chicos estuvieron haciendo recorridas por los barrios del pueblo
“evangelizando”, despues de haber sido enviados en la última Misa antes de mi
salida en Noviembre. Contaron sus experiencias, lo que me recordaba el regreso
de los discípulos después del envío de a dos que hizo Jesús. Tambien los
catequistas (adultos que son los responsables por la pastoral) contaron su
experiencia, pues ellos fueron enviados a las aldeas donde fuimos fundando
nuevas comunidades. Ellos tambien estaban contentos y entusiasmados para
continuar con este servicio de evangelización.
Fue una alegría ver que asumieron el compromiso de ser discípulos misioneros
con tanta alegría. Tambien el Consejo de la comunidad se reunió para organizar
algunas actividades para vivir mejor el Adviento. Todas estas cosas son señales
muy positivas de crecimiento de esta comunidad que hasta hace un año estaba
prácticamente parada.
No tuve mucho tiempo para “desensillar”. Esa misma
tarde aparecieron varios para saludar y contar estas novedades. Al día
siguiente, en la Misa del domingo conté algo de lo vivido en Bs. As., con el
surgimiento de la comunidad Iglesias Hermanas y el cumpleaños de mamá con toda
la familia reunida. Tambien los monaguillos estrenaron las albas que por la
generosidad del Padre Toto pude traer desde Bs. As. Estaban felices.
En estos últimos días estuve en Luena, la capital
provincial, para unas reuniones programadas con los misioneros de toda la
diócesis. Un tema importante es el sínodo diocesano que convocó el Obispo para
el 2014, que tiene como objetivo encontrar juntos líneas comunes para la
pastoral diocesana, ya que los últimos años han ido llegando misioneros de diversas
partes, cada cual con sus experiencias y es necesario estar unidos en el ideal
de Iglesia que nos pide Jesús. Otra novedad es que está en estudio la posible
división de la Diócesis, que tiene un territorio inmenso, para que sea más
fácil acompañar la vida de las comunidades y el crecimiento de la Iglesia en
todas partes. Para eso está estos días el Nuncio Apostólico visitando el
territorio y las Parroquias que abarcaría la posible nueva Diócesis. Tambien reunimos con un a comisión de las
comunidades cristianas, de la cual formamos parte Alba y yo, pues estamos
lanzando un trabajo de formación para todos los Consejos Pastorales de las
Parroquias de toda la Diócesis, para difundir un nuevo directorio para las
comunidades cristianas, buscando crecer como Iglesia ministerial y en la
consolidación de las comunidades de base. Es un gran desafío y es parte de esta
búqueda de tener una línea común de pastoral.
Como ven, hay
para divertirse. Ahora iniciamos una “misión “ en los barrios del pueblo de
Lumeje, para anunciar el nacimiento de Jesús
por las casas y pasar la película del Nacimiento en cada uno de los 7 barrios
del pueblo. La fiesta del 25 de Diciembre es bien
conocida, pero pocos saben por qué es la fiesta. Los que van a
llevar adelante esta misión son los chicos de la Infancia Misionera,
apoyados por algunos jóvenes.
Aprovecho para agradecer a todos los que encontré en
Noviembre en Bs. As y que ayudaron con su disponibilidad y generosidad a que me
sienta más acompañado por la Iglesia que envía, especialmente a traves de la
comunidad Iglesias Hermanas. Creo que es una nueva etapa en la misión ad gentes
desde Bs. As. y en el crecimeinto de la conciencia misionera. Ojalá sigamos
creciendo!
Un abrazo grande a todos y que El Niño Jesús, con
María y José les llenen el corazón con la Paz del Padre.
P. Ignacio Copello
Dios te siga llenando el corazón de generosidad para ser testigo de una Iglesia Fraternal, Humana e Inclusiva!!!!
ResponderEliminarBienvenido a su Lumeje y junto a su gente querida P. Ignacio!
EliminarFeliz Navidad