martes, 3 de junio de 2014

LA SEMILLA CRECE....




Con el fin de las lluvias se abren los caminos y podemos volver a los lugares más lejanos, donde habían comenzado algunas comunidades el año  pasado. Pero tambien ya estamos visitando hace algunas semanas algunas zonas donde todavía no  hay comunidades cristianas. Salimos con algunos miembros de la comunidada parroquial para “evangelizar”, llegando a cada casa de esas aldeas para anunciar a Jesús y proponer el comienzo de una comunidad de la Iglesia Católica. En esas aldeas existen algunas Iglesias cristianas, principalmente Adventistas del 7º Día y  “Protestantes” como llaman a una Iglesia Ervangélica bastante difundida por aquí. Por eso no es fácil encontrar algunos que acepten iniciar un camino con nosotros, pero siempre aparecen  antiguos católicos y otros que quieren empezar a rezar en alguna Iglesia. Así, después de ese primer contacto  hicimos las primeras visitas, tratando de anunciar el Kerygma y la propuesta de una comunidad crisitana, dando los primeros elementos para comenzar el camino. Siempre insistimos en las “3 piedras” o pilares de la comunidad cristiana, tal como las comunidades de los Hechos de los Apóstoles: la oración, la escucha de la Palabra y el amor fraterno. La semilla está lanzada y están comenzando 3 comunidades, juntando algunos de aldeas cercanas (en total unas 8 aldeas). Como siempre, el desafío es acompañar el crecimiento de estas “plantitas” que están comenzando a crecer.
Para eso  tambien estamos recorriendo con la Comisión diocesana de las Comunidades cristianas las diferentes misiones, con un curso sobre el nuevo directorio para las comunidades cristianas y los catequistas animadores. En esta comisión, de la que participamos Alba y yo  tambien, están integrados varios laicos de la Diócesis y una religiosa. Somos pocos, pero estamos tratando de cubrir las diferentes Parroquias para difundir el ideal de las comunidades cristianas al estilo de los Hechos de los Apóstoles, como pidió tambien el Concilio Vaticano II, que aquí todavía es novedad: comunidades participativas,  con un laicado corresponsable y evangelizadoras. Esto es una buena base para lo que vendrá en los próximos meses, que es el Sínodo diocesano, cuyo objetivo es renovar la Dióceis y sus comunidades en la línea de la Iglesia ministerial, actualizándonos en una pastoral más en sintoní con el  Vaticano II, los sínodos para Africa y la Exhortación de Francisco, Evangeli Gaudium. Es una tarea enorme y desafiante, pero absolutamente necesaria.
 
En este tiempo no dejamos de hacer visitas a las comunidades que estaban accesibles aún en tiempo de lluvia, y sobre todo reforzar en la sede Parroquial de Lumeje las “núcleos” de cristanos en los barrios del pueblo, que se reúnen en medio de la semana para compartir el Evangelio del domingo y vivir como pequeña comunidad.  Tambien tuvimos una Pascua con algunos Bautismos y Primeras Comuniones.

A partir de este año están viviendo en una casita junto a la casa Parroquial algunos adolescentes que quieren hacer un camino vocacional. Son 5, entre los 13 y 18 años, que están haciendo una experiencia de pequeña comunidad cristiana, acompañados por mi y por las familias. Gracias a Dios están caminando bien, y se los ve contentos y creciendo en la fé y en el Amor a Jesús.




Con algunos de ellos y un laico misionero que está en otra misión, fuimos a Kangamba, donde está Alba, aprovechando unas vacaciones que dieron en las escuelas por causa del censo poblacional que se realizó en el mes de Mayo. Pudimos compartir con ella algunos días y conocieron Kangamba, que está a 450 Km de Lumeje. En esos días aprovechamos para ayudar a crear algunas condicones mejores en la casa de Alba, que ni se puede llamar casa, apenas unos cuartos chiquitos sin comunicación entre ellos. Así pudimos hacer un garage y comunicar internamente algunas partes para que parezca una casita. Ella sigue sola, una presencia del Amor de Jesús en ese lugar. Está acompañando esa comunidad y ahora que tiene una camioneta comenzando a visitar algunas comundades lejanas, como en este Pentecostés, que van con algunos de Kangamba a una localidad llamada Tempué, a unas 7 u 8 horas de viaje de allí, en medio de arenales y baches eternos.
Seguimos sintiendo siempre la necesidad de un equipo misionero, otros laicos que puedan dedicar parte de su vida a esta tarea, poder trabajar en equipo como expresión de esta Iglesia Comunión, de Iglesias Hermanas que se ayudan mutuamente. Acompañamos el trabajo de la Comunidad Iglesias Hermanas de Buenos  Aires, de la cual con Alba formamos parte  y rezamos para que de frutos de vocaciones misoneras y formación de equipos misioneros ad gentes. Es con esta esperanza que seguimos en la brecha, tratando de abrir caminos para eso. Bendiciones para todos, unidos en el Amor a Jesus sirviendo a Su Reino y gracias por todo el apoyo que nos brindan! Un abrazo grande!!

P. Ignacio Copello

1 comentario:

  1. Gracias Padre por compartir la experiencia. Es muy edificante y nos lleva a pensar referente a las misiones.. Bendito sea El Señor, bendita la Madre..Dios lo siga bendiciendo y le conceda los deseos de su corazón. Paz y bien T

    ResponderEliminar